sábado, 3 de agosto de 2019



CUARTA SEMANA: TADEO JONES

Esta semana nos hemos metido en la piel del famoso arqueólogo (de Valladolid) Tadeo Jones. Todo comenzó con el descubrimiento de unos fósiles en el patio del colegio...

 










Para convertimos en arqueólogos pensamos en las cosas que un arqueólogo (y explorador) debía necesitar...

Una brújula...







Unos prismáticos y ropa cómoda con bolsillos para guardar cosas...








Y un maletín dónde guardar los descubrimientos...

 




Y una vez equipados nos pusimos a la obra...

Primero realizamos un fósil,parecido al que habíamos descubierto, con pasta de harina y sal...














También, descubrimos que en ocasiones los arqueólogos visitan pirámides, como Tadeo en su primera película, y que no siempre las pirámides se encuentran en Egipto. Allí, en ocasiones, descubren momias. Decidimos informarnos sobre ellas y creamos las nuestras. Una comestible y otra que decorará nuestro mural de película.

















Pero los arqueólogos,  no sólo se encuentran momias o fósiles, a veces, encontrar trozos de cerámica es un verdadero descubrimiento. Así que nos pusimos a moldear unos collares con barro, cómo hacían hace años... Aquí nos podéis ver con las manos en la masa...










Y aquí pintándoles con témpera...












El jueves,  y ya que a Tadeo Jones le encanta y estamos aprendiendo con él, nos manchamos un poco con una excavación arqueológica muy dulce, en la que había un pequeño tesoro...












Y llegó el Viernes y con él, la petición de ayuda de una de las amigas de Tadeo Jones. Está se encontraba en un templo, pero no encontraba la llave que podría abrirlo... Así que decidimos ayudarla a encontrarlo...

Nos metimos en la selva misteriosa a través de una cueva, fuimos arriba y abajo, cogimos atajos, atravesamos acantilados y huimos de la lava de un volcán hasta encontrar el manuscrito perdido que nos dijo dónde estaba la llave...





















Y tras recorrer arenas movedizas, encontrar gemas embrujadas que nos dieron algún que otro quebradero de cabeza, y atravesar senderos malditos, descubrimos el templo olvidado dónde estaba la llave y algún tesoro más...












  





Y con el trabajo hecho... Toca despedir el día como se merece... ¡Con la guerra de agua!







Y con esto y superado el ecuador del campamento, nos despedidos hasta la semana que viene...
¡Nos vemos en Oriente...!





















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